Conocemos a la científica del hielo y su obra

 

   Uniendo el día de Las Escritoras con el día de Las Bibliotecas, el grupo de Segundo de FP Básica, en la materia de Ciencias Aplicadas, realizó una actividad encaminada a conocer a una científica escritora, Josefina Castellví, así como un fragmento de una de sus obras. La actividad consistió en buscar información sobre su biografía y trabajo científico y literario, para realizar un mural colectivo virtual en Padlet.


   Éste es el enlace al mural: https://padlet.com/esperanza21/noxm8o2hjppbiq8l






   Del libro “Yo he vivido en la Antártida”, agotado en casi todas las librerías,  leímos y comentamos el siguiente fragmento:

   “Hablar de pingüinos conlleva el peligro de ponerse a escribir un libro dedicado a sus costumbres y comportamientos. Pero… no puedo evitar recordar el disfrute que he sentido en la contemplación de grandes pingüineras o de nidos aislados. Lo primero que sorprende es que, lejos de la idea popular de que el pingüino es un animal limpio, con su reluciente pechera blanca y su frac negro, la realidad es que son animales que van frecuentemente sucios y huelen mal. Una pingüinera es lo más parecido a un gallinero, incluyendo el olor y el ruido característicos de los gallineros. El terreno acostumbra a ser rico en fango que, cuando se une a las deyecciones de los animales, forma un barrizal maloliente que les mancha constantemente. Eso se produce particularmente en las pingüineras de adelias (Pygoscelis adeliae), que tienen la costumbre de instalar sus nidos muy cerca unos de otros, a diferencia de los papuas (Pygoscelis papua), que anidan en formaciones prácticamente aisladas, lo cual los proporciona un mayor espacio vital por familia.

(...) “En el mar de Weddell tuve la oportunidad de ver muchos emperadores con el pollo ya crecido, que deambulaban solitarios una vez disgregada la colonia reproductora. El emperador siempre viaja con la hembra y el hijo; es un modelo de estabilidad de la pareja. Era divertido ver desde la borda del barco como, con saltos espectaculares, un emperador de 1,20 m de altura, salía del agua y se posaba sobre una roca. Al cabo de unos segundos, indefectiblemente saltaban la hembra y el pequeño”.


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